Cayo Sabinal debe su nombre a la abundante presencia en sus tierras del árbol de madera preciosa Sabina. Su historia está llena de exitantes leyendas de corsarios y piratas que habitaban la zona durante sus aventuras de saqueos y contrabando, es por eso que en 1831 se edifica en la costa oriental de Sabinal el Fuerte de San Hilario, que sirvió como torreón y cuartel de la tropa y artillería española encargada de proteger la cayería Sabana-Camaguey de estos tenebrosos marineros. Más tarde fungió como Prisión de la Clase Militar y en 1875, San Hilario fue escenario de la única sublevación carlista de Cuba. Emplazado en la mayor altura de Sabinal, el Fortín, aún se halla en pie, siendo otra de sus atracciones turísticas.
En 1847 instalan en la Punta de Maternillos el Faro Colón, punto de observación desde el cual se tenía dominio del Antiguo Canal de Bahamas, imprescindible para alertar al Capitán del Puerto de Nuevitas y a San Hilario sobre cualquier ataque o anomalía. El Faro, aún activo, es uno de los más antiguos del país.
Producto de las muchas batallas navales perpetradas en la zona abundan en las profundidades de sus mares importantes barcos hundidos como el Nuestra Señora de Alta Gracia, el Mortera y el Pizarro; siendo estos verdaderos tesoros sumergidos.
Fue también en Sabinal donde el Premio Novel, Ernest Hemingway, participó personalmente en la búsqueda y caza de submarinos alemanes durante la II Guerra Mundial, además de adorar sus aguas por la riqueza para la pesca.